Tailandia/ Redacción:
No cabe duda que los peores enemigos de la flora y fauna somos nosotros los humanos, una prueba de ello es la explotación de algunas especies para el entretenimiento, como es el caso de los elefantes, usados desde tiempos inmemorables como atracción para el turismo.
Hoy contamos la historia de Pai Lin, una elefanta anciana, que estuvo a punto de ser sacrificada por “ya no servir” para dar paseos a turistas en Tailandia, donde fue rescatada antes de que la mataran, por ser lenta, débil y torpe, cuando sirvió toda su vida a los humanos.
Cabe mencionar que, Pai Lin, tiene la columna deformada, debido a que durante 20 años cargó en su espalda hasta 6 turistas o más, así como otros objetos pesados, pues sus dueños la usaban por su gran tamaño y fuerza para transportar cargas.
Cuando la elefanta dejó de servirles, simplemente se tomó la decisión de sacrificarla, pues ya no querían seguirla alimentando, aparte de cuidarla, siendo solamente un pendiente más, pues ya ni siquiera conservaba la belleza y fuerza de sus buenos tiempos.
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Afortunadamente, la ancianita elefanta fue rescatada por la Fundación de Amigos de la Vida Silvestre de Tailandia (WFFT, por sus siglas en inglés), quienes le dieron una nueva oportunidad para que pase sus últimos días de vida en paz y disfrutando de la compañía de las personas, pues siendo criada por humanos, Pai Lin disfruta mucho la presencia de sus nuevos cuidadores.
Amy Jones, fundadora de la asociación con el mismo nombre, fue quien la puso en resguardo, y comenta que a pesar de su edad, la elefanta es juguetona y muy amigable, además de que prefiere a los humanos sobre los animales.
“Para ser una anciana, sigue siendo muy juguetona y tiene ganas de vivir. Su miedo se ha ido, aunque todavía tiene miedo de los elefantes, las vacas y varios otros animales, y vive su vida libre de cadenas en sus propios términos».
Pai Lin sufrió un terrible daño en su espalda, su columna se encuentra hundida por todo el peso que tuvo que llevar.
«Cuando llegó a WFFT, estaba aterrorizada, con bajo peso, deshidratada y con secreción nasal y ocular causada por una infección respiratoria. Ella también tenía muchas llagas en los puntos de presión”, dijo la portavoz de la fundación Amy Jones a Newsweek.
Ahora, la elefantita vive tranquila, es cuidada y alimentada por los miembros de la fundación, además de que recibe mucho amor y aún juega con sus amigos humanos, quienes devolvieron a Pai Lin la confianza en las personas.