Nuevo Laredo, Tamaulipas/ Redacción:
Una desgracia es la que viven ahora los familiares de Alejandro, un hombre que murió ahogado en el río Bravo, en Nuevo Laredo, cuando se encontraba pasando un rato de convivencia con sus seres queridos.
Este hecho se suscitó cuando la víctima, de 36 años, decidió echarse un “chapuzón” en el agua, para jugar con sus hermanos, mientras el resto de su parentela platicaba y pasaba el rato a la orilla del afluente, en las inmediaciones del Puente Internacional número 2, Juárez-Lincoln.
De acuerdo al testimonio de la familia, el hombre estaba jugando con su hermano de 11 años, cuando de pronto, algo sucedió que le impedía estar a flote, por lo que los hermanos menores del individuo decidieron llamar a la madre pidiendo ayuda.
Puedes ver: «Angelito» al infierno… por MATAR a su amigo a cuchilladas en Nuevo Laredo
Cuando Martha, la madre, de 56 años, vio que Alejandro estaba desapareciendo en el agua, se arrojó para intentar salvarlo, pero esto casi le cuesta la vida, por lo que tuvo que ser rescatada por su nuera y por otro de sus hijos, quienes la llevaron a tierra firme.
Minutos después, ya no había rastro de Alejandro cerca, por lo que decidieron llamar a emergencias con la esperanza de que los cuerpos de auxilio pudieran salvarle la vida.
Al lugar arribó personal de Protección Civil y autoridades, quienes proporcionaron atenciones a los sobrevivientes.
Posteriormente, algunos ciudadanos que se percataron de la tragedia, se unieron para comenzar la búsqueda del cuerpo de Alejandro, teniendo éxito al localizarlo cerca de un muro divisorio que se encuentra en el río.
Finalmente, aunque intentaron reanimar al masculino, nada más se pudo hacer por él; más tarde, Servicios Periciales arribó a la escena y comenzó con las diligencias para trasladar el cuerpo y que se le practique la autopsia de ley.