Oklahoma/EU/Redacción.-
Una escalofriante tragedia ocurrió en Oklahoma cuando Brandy McCaslin, de 39 años, perpetró un asesinato-suicidio que dejó a sus tres hijos sin vida. Un bebé de 10 meses y dos niños de 6 y 11 años fueron víctimas de esta terrible acción, ocurrida durante un enfrentamiento con la policía en Verdigris, Tulsa.
El fatídico episodio tuvo lugar el pasado 20 de julio después de una visita supervisada en su hogar. Los oficiales respondieron al lugar tras recibir informes de fuegos artificiales explotando afuera, pero al llegar, se encontraron con una aterradora escena: una mujer armada y atrincherada en la residencia.
Según la Oficina de Investigación del Estado de Oklahoma (OSBI), McCaslin apuntó con un arma a una mujer que había acudido a dejar a uno de los niños para la visita supervisada y se llevó al pequeño consigo. Posteriormente, encerró a los otros dos niños en el garaje, según informó el periódico Tulsa World.
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La intervención del equipo SWAT del Servicio de Alguaciles de la Nación Cherokee fue necesaria para lidiar con la delicada situación. La mujer empleó fuegos artificiales para llamar la atención sobre su situación y finalmente, con la ayuda de los oficiales presentes, los otros dos niños lograron escapar ilesos.
Billy Jacobson, padre de uno de los niños asesinados, reveló que McCaslin estaba enfurecida con él debido a que no deseaba retomar la relación con ella, lo que aparentemente fue el detonante de esta tragedia.
Los pequeños fallecidos fueron identificados como Noe, Bryce y Billy, cuyas vidas fueron arrebatadas en una situación desgarradora. McCaslin, quien había enfrentado episodios anteriores de intentos de suicidio y problemas legales, había publicado en Facebook una foto en la que se mostraba con uno de sus hijos pocos días antes de la tragedia, aparentemente mostrando felicidad.
Lucretia Pitre, amiga de la familia, reveló que McCaslin había sufrido varias tragedias en los últimos años, incluyendo la pérdida de su hermana, tío, abuelos y madre, en eventos relacionados con suicidios, sobredosis de drogas y cáncer. Sin embargo, nada pudo prever esta desgarradora y devastadora acción que dejó una marca indeleble en la comunidad de Oklahoma.