Múnich, Alemania / Redacción:
La audiencia provincial de Múnich decidió la cadena perpetua del enfermero Mario “N” de 26 años, por el asesinato de 2 pacientes de 80 y 87 años e intento de homicidio contra otros 6.
En el juicio, el sentenciado aceptó haber inoculado sedantes a los enfermos de un hospital para estar apacible en sus turnos. La justicia europea le siguió el rastro y al parecer, el criminal era conocido por su viciosa vida nocturna; también se le advirtió una alta ingesta de alcohol.
No importó que Mario consiguiera trabajo en un nosocomio de Múnich, siguió con su estilo de vida y llegó en más de una ocasión ebrio a su centro de labores.
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Sólo así se explicaría su molestia cuando los pacientes requerían de auxilio en la sala de recuperación, adoloridos por sus padecimientos.
“Como estaba borracho, sólo tenía una opción: hacerlos callar”, contó el imputado durante la audiencia de justicia.
Dentro de los 6 civiles que Mario intentó asesinar estuvo el poeta y ensayista Hans Magnus Enzensberger, uno de los máximos referentes de Alemania en la posguerra; fue por su emblemático caso que un auxiliar de enfermería, comenzó las indagaciones de los decesos y llegó a una presunción: en todos, el varón fue el enfermero o guardia de la jornada.