Hawái / Redacción.-
El último canto de un Kauai Oo se convierte en un lamento por la pérdida de su especie, y a su vez, se torna un llamado de atención para los seres humanos, un recordatorio de la fragilidad de la vida en este planeta.
El ave, cuyo nombre científico es Moho braccatus, era endémica de la isla de Kaua’i en Hawái. A mediados del siglo XX, la población de estas aves empezó a disminuir rápidamente debido a la pérdida de su hábitat y la introducción de depredadores foráneos.
David Boynton, un notable biólogo y amante de las aves, tuvo la oportunidad de grabar al último macho conocido de la especie en 1987. En la grabación, se escucha al Kauai Oo llamando a su pareja con un canto melodioso y triste.
Entre cada llamada del macho, hay una pausa notable. Es en esta pausa donde, bajo circunstancias normales, la hembra habría respondido con su propio canto. Sin embargo, en la grabación, no se escucha ninguna respuesta. La llamada del macho se convierte en un eco solitario, resonando en el bosque silencioso.
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El último Kauai Oo murió poco después de esa grabación, llevando consigo el canto de su especie al silencio eterno. Esta pérdida nos sirve de recordatorio sobre el impacto devastador que nuestras acciones pueden tener sobre el ecosistema y las especies que habitan en él.
El trágico destino del Kauai Oo es un llamado a la acción para proteger y preservar la biodiversidad de nuestro planeta. Cada especie tiene un papel único en el ecosistema y la pérdida de una sola puede tener un efecto dominó en todo el sistema.
Hoy, la desgarradora grabación del último Kauai Oo sigue circulando, un eco persistente que nos insta a proteger el precioso canto de la naturaleza.