Honduras/ Redacción:
Una violenta reyerta seguida por un voraz incendio se ha cobrado la vida de 41 mujeres reclusas en el Centro Femenino de Adaptación Social (Cefas) en Honduras. El fatal incidente, que además dejó a siete personas heridas, ha obligado a una intervención inmediata de las autoridades de seguridad.
El portavoz del Ministerio Público, Yuri Mora, informó que “41 reclusas han fallecido por el momento, la mayoría están calcinadas”. Sin embargo, se espera que el número de víctimas pueda aumentar una vez concluido el levantamiento de los cadáveres.
El origen de la tragedia parece estar relacionado con la implementación de nuevas reglas en la cárcel, según Delma Ordóñez, presidenta de la Asociación de Familiares de Privados de Libertad. Aún no se ha proporcionado un informe oficial por parte del Instituto Nacional Penitenciario (INP) de Honduras sobre la cantidad exacta de fallecidos y heridos.
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Información en progreso…
— Ruido en la Red (@RuidoEnLaRed) June 20, 2023
La viceministra de Seguridad, Julissa Villanueva, atribuyó la violencia a “acciones del crimen organizado”, en respuesta a las medidas recientemente anunciadas por las autoridades para intervenir en las cárceles de Ilama y La Ceiba. En respuesta a la tragedia, Villanueva ha prometido una “intervención inmediata” y declaró que las autoridades “no vamos a tolerar actos vandálicos ni tampoco irregularidades”.
La presidenta hondureña, Xiomara Castro, designó a Villanueva para liderar una intervención en las cárceles del país, donde se han registrado una serie de violentos tiroteos y enfrentamientos desde abril. El sistema penitenciario hondureño se enfrenta a numerosos desafíos, incluyendo sobrepoblación, hacinamiento, falta de instalaciones seguras y condiciones de higiene y salubridad deplorables.
Las autoridades hondureñas anunciaron el pasado 18 de abril un conjunto de medidas para restablecer el orden en las cárceles del país, incluyendo el bloqueo de llamadas de celulares, un desarme real de los presos y la clasificación de los reos por peligrosidad. Sin embargo, esta tragedia subraya la necesidad urgente de una reforma más profunda y humana del sistema penitenciario.